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Medardo Ángel Silva

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

El poeta Medardo Ángel Silva fue guayaquileño, que introdujo el modernismo en la literatura.  Es uno de los poetas más eminentes de nuestro país ya que obsequió a su pueblo una exclusiva poesía modernista inspirada en su existencia. La insatisfacción y amargura, así como la presencia de la tristeza y agonía reflejan en su poesía un clamor hacia la muerte, su origen humilde lo llevó a comprender mejor las necesidades del pueblo, con quien siempre se identificó, nacido el 8 de junio de 1898, que murió de forma trágica el 10 de junio de 1919 en su ciudad natal. Pertenece a la denominada «Generación decapitada» junto a Ernesto Noboa y Caamaño, Arturo Borja y Humberto Fierro.

Vivió en medio de la por la pobreza y la orfandad. Su obra como poeta ha sido interpretada a través de uno de los géneros más populares de Ecuador, el pasillo. 

Era de carácter rebelde y taciturno. Cerca de 1910 ingresó al colegio Vicente Rocafuerte, pero al cuarto año tuvo que abandonar sus estudios por falta de recursos. Aunque Silva no se graduó de bachiller, su condición de autodidacta lo llevó a ser maestro escolar e incluso a leer en francés. Fue maestro, trabajó en una imprenta y además fue editor en diario El Telégrafo, el de mayor circulación en aquella época.

En 1913 trató de iniciarse públicamente en la carrera literaria, pero no tuvo éxito, pues todos sus intentos fracasaron. Dos años más tarde, a pesar de las dificultades su nombre ya era considerado en los círculos poéticos y literarios de Guayaquil.

Para 1915 sus poesías, que mostraban una marcada melancolía, eran ya aceptadas en todos los diarios del país; además el joven adolescente entró a trabajar como editor en diario El Telégrafo, el cual era en ese tiempo el periódico de mayor circulación nacional. En las páginas de este diario es que logra publicar por entregas su pequeña novela, María Jesús.

A principios de 1918 reunió sus mejores poemas, y haciendo un esfuerzo económico que estaba casi fuera de su alcance los editó en forma de libro bajo el título de «El Árbol del Bien y del Mal». Escribió bajo los seudónimos de «Jean D’Agreve» y «Oscar René”.  Del mismo sólo imprime 100 copias, por falta de recursos. Aunque el libro recibió aclamación por parte de los críticos de su tiempo, las ventas no fueron nada buenas, llegando incluso Silva a incinerar gran parte de los ejemplares al ver que en una librería no se había vendido ni uno.

El poema “Alma en los labios” se crea en Quito en diciembre de 1918. Medardo Ángel Silva con 18 y 19 años fue profesor de una adolescente guayaquileña Rosa Amada Villegas Morán, que vivía en la calle morro, en casa del comandante Garay en Guayaquil. Del profesorado nació un amor, una relación tortuosa porque Medardo era un hombre supremamente complicado, como todo hombre genial y Rosa Amada era un adolescente.

Silva entro en desesperación porque estaba muy enamorado de esta chica, entonces escribe Alma en los labios, a través del cual quiso retomar ese amor. En el poema plasma cosas tan bellas como “ya que sólo por ti la vida me es amada el día en que me faltes me arrancare la vida”

El 8 de junio de 1919, el autor del célebre poema «El alma en los labios» se había reunido con varios amigos para celebrar sus 21 años. Para aquel entonces la muerte y las ideas del suicidio rondaban su mente.

Dos días después, el 10 de junio de 1919 acosado por fantasmas del suicidio, visitó la casa de la familia Villegas, a cuya hija Rosa Amada pretendía amorosamente, y luego de conversar con ella durante cortos minutos, sacó un revólver calibre 38 y puso fin a su vida.

El alma en los labios 

Para mi amada

Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro de tu pecho amante contemples extinguida,
ya que sólo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes me arrancaré la vida.

Porque mi pensamiento, lleno de este cariño
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme soñando en tu acento de arrullo.

Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento,
para poder estar más cerca de tu boca.

Vivo de tu palabra, y eternamente espero
llamarte mía, como quien espera un tesoro.
Lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.

Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡Dejar mi palpitante corazón que te adora!

Encuentra almenos tres rasgos modernistas en los poemas Tu cabellera y Extraña visita 

En el poema Tu Cabellera de Humberto Fierro, podemos encontrar los siguientes rasgos modernistas:

  • Su tema se basa en el amor y la sensualidad
  • Está influenciado por otras corrientes (romanticismo)
  • Emplea la sinestesia (consiste en mezclar sensaciones de sentidos)

En el poema La Extraña Visita de Medardo Ángel Silva, podemos encontrar los siguientes rasgos modernistas:

  • Tono melancólico
  • Renovación léxica
  • Uso del sensualismo.

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