Pablo Palacio (Loja, 25 de enero de 1906 – Quito, 7 de enero de 1947) fue un escritor ecuatoriano vanguardista. Sus obras más destacadas son «Un hombre muerto a puntapiés» y «Débora» (ambas de 1927). Es conocido por su estilo innovador y su exploración de temas psicológicos y sociales, influyendo significativamente en la literatura ecuatoriana.
Octavio Ramírez, un hombre de cuarenta y dos años y aspecto mediocre, recién llegado a la ciudad, vivía en un modesto hotel y estaba escaso de dinero. Sufría de un vicio desconocido y depravado desde joven. La noche del 12 de enero, sintiendo intensas ansias, deambuló por las calles, buscando satisfacer sus deseos. Desesperado, se acercó a un hombre en la calle Escobedo y le pidió un cigarrillo. El hombre, molesto, lo atacó brutalmente, propinándole puntapiés mortales. Otro individuo que pasaba por allí se unió al ataque, golpeando a Ramírez hasta causarle la muerte. El motivo del ataque sigue siendo un misterio, pero parece estar relacionado con el vicio de Ramírez y su desesperación por satisfacerlo.